Vivir en las afueras: una posibilidad que nunca imaginaste

La gran mayoría de jóvenes que piensan adquirir su primera vivienda sueñan con mudarse a una preciosa propiedad en la gran ciudad, a solo unos minutos de las mejores áreas de entretenimiento, de su zona de trabajo y de los más lindos parques. En realidad, acceder a este tipo de propiedades requiere un aporte económico considerable, bastante difícil de adquirir para los compradores primerizos, jóvenes y con empleos regulares.

Ante esta terrible situación pueden surgir dos opciones drásticas: seguir viviendo con mamá y papá durante algunos años, o considerar adquirir una propiedad en las afueras de la ciudad. Plantearse esta última opción puede parecer desagradable en comparación a la meta inicial, pero vista como una solución temporal, puede significar el el comienzo de una nueva etapa de independización. De hecho, puede convertirse en una gran posibilidad de crecimiento, que te permita adquirir una propiedad en la ciudad posteriormente.

Las viviendas en las afueras de la ciudad, además de ser económicas (al menos más económicas que las propiedades céntricas) poseen mayores dimensiones. Solo necesitas una buena asesoría, y con algo de esfuerzo seguro podrás encontrar una zona no muy lejana, con buenas vías de acceso y un excelente servicio de transporte al centro de la ciudad. Al mudarte a esta zona de bajo requerimiento económico podrás gestionar tus ingresos, logrando un crecimiento económico y laboral para elevar tu estatus periódicamente.

Además, invertir en este tipo de propiedades produce una revalorización a mediano plazo, ya que la ubicación de suburbios y las amplias dimensiones atraen enormemente a familias y recién casados, aumentando la demanda. Considerando lo anterior, puedes esperar a encontrarte en una buena racha económica y poner tu inmueble a la venta, para comprar una propiedad en la ciudad con el dinero recaudado.

No obstante, podríamos afirmar que cuando cuentes con los recursos, ya no querrás comprar en la ciudad. Aunque ahora te cueste creerlo, terminarás amando tu vivienda en las afueras, valorando todo lo que esta propiedad supo ofrecerte y sintiéndote convencido de que fue la mejor decisión.